Si buscamos en el diccionario la definición de locura nos salen
cuatro posibles definiciones, en cambio, de cordura nos sale sólo una posible
definición:
Locura:
1. Privación del juicio del uso de la razón.
2. Acción inconsiderada de o gran desacierto.
3. Acción que, por su carácter anómalo, causa sorpresa
4. Exaltación del ánimo o de los ánimos producida por algún afecto u
otro incentivo.
Cordura:
1. Prudencia, sensatez, buen juicio.
Por lo tanto, decimos cordura, a una manera de manejarnos en el
mundo, en el cual predominan los pensamientos racionales y el sentido común.
Durante los últimos siglos a raíz del fuerte empuje del racionalismo en la
cultura occidental, la cordura ha sido considerada como sinónimo de salud.
Se pueden distinguir dos tipos de cordura:
1. La cordura sana:
La cordura sana resulta necesaria para integrarnos socialmente. Es
la responsable de aquello que comúnmente llamamos normalidad. Sin cordura nos sería
imposible establecer vínculos sanos con los demás y con mucha razón, seriamos
calificados de anormales.
Ahora bien, cordura no es sinónimo de sabiduría.
2. La cordura insana:
La cordura insana nos provoca angustia, miedo y sobre todo nos
hace peores personas. Hoy por hoy, la mayor parte de los trastornos
psicológicos a los que nos enfrentamos, son trastornos del consciente, es
decir, pertenecientes al reino de la cordura.
Y si de cordura hay dos tipos así mismo tenemos dos tipos de
locura:
1. La locura sana:
El amor, la fe, las ganas de vivir con alegría, y el sentimiento
lleno de esperanza en este mundo tan lleno de problemas son realidades humanas,
absolutamente saludables pero, a su vez, completa y totalmente alejadas de la
razón.
2. La locura insana:
Sin embargo, no todo puede ser explicado como acto de belleza o
proceso espiritual. La locura también puede resultar insana, llegando a ser
casi tan peligrosa como la cordura insana.
En definitiva, con este escrito
he pretendido hacer una pequeña crítica al tradicional concepto de cordura y locura tratando de
desmitificar las luces y las sombras que se ciernen alrededor de ellos, ya que,
en todos los casos de cordura tiene que haber un poco de locura y en todos los
casos de locura tiene que haber un poco de cordura.
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